20 de enero de 2016

Como cuando la cima de una montaña rasga a una nube.

Como cuando la cima de una montaña rasga a una nube.
Así estoy.  Con el azul del cielo escapándose de mí.

Como cuando la lluvia se acumula sobre hojas secas.
Así estoy. Viendo como se crea esa masa de agua y otoño en mí. Que no pasa, que no se traga.

Una línea me cruza. Me zarandea entre líneas de metro, entre semáforos y palabras perdidas.
Vivo entre días azules, noches oscuras y sueños blancos. Sobrevivo.

Pero ven. Ven y paseémonos en otoño. Pero que las hojas secas me rasquen, que me hagan cosquillas. Que se traguen. Que pasen.

Ven. Ven y abrázame. Rellena mi nube rasgada. Que no se me escape el cielo. Abrázame y que me deshaga en lluvia. Lluvia entre mis piernas.

Quiero dejar de sobrevivir en días azules. Quiero vivir en días todavía por pintar.


Ven. Ven y sé un gigante. Sé una montaña. Sé la cima. Pero no rasgues. Toca. Besa. Lame. Seré una nube a punto de romperse.

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